Historia de la familia
La familia O’Neil siempre fue conocida en el pueblo por su carácter fuerte y su presencia imponente. Elwood, el soberano, se encargaba de que cada miembro del clan conociera su lugar y su responsabilidad dentro del negocio familiar. Los hermanos trabajaban juntos en las tierras, pero en secreto, las tensiones crecían con cada día que pasaba. En el aire flotaba la promesa de que, tarde o temprano, alguien tomaría el lugar de Elwood, y nadie estaba dispuesto a quedarse atrás. Aunque se decía que los O’Neil eran una familia unida, en realidad, el respeto estaba cimentado en el temor más que en el amor. Las discusiones entre ellos eran frecuentes, pero siempre se resolvían con más poder, más amenazas y más control.
La familia O’Neil siempre fue conocida en el pueblo por su carácter fuerte y su presencia imponente. Elwood, el soberano, se encargaba de que cada miembro del clan conociera su lugar y su responsabilidad dentro del negocio familiar. Los hermanos trabajaban juntos en las tierras, pero en secreto, las tensiones crecían con cada día que pasaba. En el aire flotaba la promesa de que, tarde o temprano, alguien tomaría el lugar de Elwood, y nadie estaba dispuesto a quedarse atrás. Aunque se decía que los O’Neil eran una familia unida, en realidad, el respeto estaba cimentado en el temor más que en el amor. Las discusiones entre ellos eran frecuentes, pero siempre se resolvían con más poder, más amenazas y más control.
La familia O’Neil siempre fue conocida en el pueblo por su carácter fuerte y su presencia imponente. Elwood, el soberano, se encargaba de que cada miembro del clan conociera su lugar y su responsabilidad dentro del negocio familiar. Los hermanos trabajaban juntos en las tierras, pero en secreto, las tensiones crecían con cada día que pasaba. En el aire flotaba la promesa de que, tarde o temprano, alguien tomaría el lugar de Elwood, y nadie estaba dispuesto a quedarse atrás. Aunque se decía que los O’Neil eran una familia unida, en realidad, el respeto estaba cimentado en el temor más que en el amor. Las discusiones entre ellos eran frecuentes, pero siempre se resolvían con más poder, más amenazas y más control.
